El mundo es diverso, nada es igual. La regla de la naturaleza es de que cada organismo posea propiedades únicas. Aves, mamíferos, reptiles, peces, plantas, humanos.
Y a pesar de que esta diversidad es lo normal, la única especie viviente en este planeta que obliga y compele a sus individuos a hacer exactamente lo mismo los unos y los otros, es la especie humana.
El Siglo XX terminó hace 20 años.
A pesar de que el modelo económico del Siglo XX ya quedó atrás, y junto con ese modelo económico, también el modelo educativo que requería que de las escuelas egresaran los empleados que iban a trabajar en las fábricas. Dicho modelo educativo estaba pensado para que los estudiantes aprendieran a seguir órdenes, se sujetaran muy bien a la autoridad, que TODOS aprendieran a hacer lo mismo; la creatividad no era necesaria, pues no se les requería innovar,
sino simplemente producir. Por eso, no es de extrañar, que la disposición de las bancas en los salones de clases parecen líneas de ensamblaje de fábrica del Siglo XX.
En este estilo de aprendizaje, la diversidad de estilos es un problema, son indicios de "rebeldía", de "flojera", de no querer adaptarse al sistema, individuos indeseables por no poseer el estilo de aprendizaje que les permitiría incorporarse al trabajo "decente" y "deseable" del sistema capitalista, en donde los individuos eran las máquinas de producción.
Pero sucedió que este modelo económico empezó a declinar a finales del Siglo XX. Gracias a la tecnología, las máquinas sustituyeron a las personas, y así empezamos a ver una despiadada competencia humana en adquirir la mayor capacitación posible para tener mayores posibilidades de quedarse con uno de los pocos empleos disponibles en alguna empresa. Hoy, el modelo económico es otro y ahora, aquellos que cuentan con creatividad, iniciativa y liderazgo, son los nuevos empresarios de este siglo.
Pero resulta inverosímil ver cómo es que las exigencias laborales son otras y de los sistemas educativos siguen egresando alumnos con el mismo perfil de alumno de mediados del siglo pasado.
¿Hasta cuando se va a modernizar el sistema educativo? Gobiernos vienen y gobiernos van y no se acaba de aterrizar una propuesta que cubra las demandas actuales. A los docentes, aunque quieran innovar en sus técnicas de enseñanza y evaluaciones, el mismo sistema les exige que los alumnos adquieran las mismas obsoletas habilidades de hace 100 años, obligándolos a regresarse a la muy arcaica práctica de memorizar contenidos y hacer exámenes escritos. Se sigue considerando alumno de excelencia el que obtiene altas calificaciones en todas las materias - y no todos los alumnos logran este irreal objetivo - etiquetando de flojos o incompetentes a los que no lo logran, minimizando sus logros en otras áreas como arte, deporte o creatividad, privilegiando los trabajos escritos, la bonita letra, la lectura fluida y las matemáticas, todas estas, habilidades necesarias para los trabajadores de fábrica y oficina del siglo pasado y que hoy en día ya no marcan la diferencia, pues la tecnología lo hace mucho mejor y más rápido.
Como muestra, basta un botón. Este es el caso de un alumno de 1o de secundaria en la Ciudad de México. Aunque tiene problemas de escritura, tiene otras habilidades, las cuales, desafortundamente, no son tomadas en cuenta, y se le obliga constantemente a que escriba, a que tome apuntes a mano. Originalmente, se había logrado que el Subdirector aceptara implementar el Plan de Intervención - bajo los estándares de la SEP - de que se le permitiera al niño tomar apuntes en su laptop y que se le hicieran las evaluaciones orales. Pero algunos de los docentes del grupo y la trabajadora social, se negaron rotundamente a seguir el Plan, a pesar de estar vsustentado bajo las Normas de Control escolar, y amenazan con reprobar al alumno si no toma apuntes escritos y si no tiene la libreta de apuntes al día.
Este y otros casos son dramas que viven a diario las familias donde tienen alumnos que por situaciones clínicas no pueden cumplir con los obsoletos estándares educativos que imperan a la fecha en la gran mayoría de los centros escolares en México.
¿Hasta cuando estaremos dispuestos a reconocer la diversidad y trabajar con ella?
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