He aquí el secreto para no "echarle demasiada crema a tus tacos".
México, tierra de tacos. Magistralmente preparados en donde no solo la salsa, sino también la crema, les dan su singular sabor. Pero todo en la justa medida, si se pasan de crema no saben igual. De ahí surge el dicho mexicano "ponerle demasiada crema a los tacos", el cual significa exagerar, pero de tal manera, que arruinas lo que estés haciendo. Este dicho lo vamos a aplicar hoy para explicar la diferencia entre elogios y adulación.
Aunque los elogios y la adulación tienen como objetivo hacer que la persona que los recibe se sienta apreciada, ambos cuentan con características que los hacen únicos y que se prefiera uno más que el otro.
La Adulación - dice Dale Carnegie - sale de la boca, es exagerada, es un elogio barato. Adular es decir a la otra persona lo que se piensa de uno mismo. Y con el egoísta propósito de obtener algo inmediato de la persona. Las frases de adulación contienen palabras muy superficiales y son generales: desde referirse a la belleza física de la persona "¡Qué bella eres! ¡Qué guapo eres!", referirse muy generalmente a las cualidades de la persona "¡Eres la persona más inteligente de este planeta!", "¡La forma en la que hablas me deja extasiado!", "¡Son los alumnos mejor portados del planeta!", por lo regular el lenguaje corporal de la adulación también es exagerado, voz muy aguda y expresiones faciales muy engrandecidas. Decía mi mamá "cuidado con la gente que enseña mucho los dientes al hablar, no son sinceros". Este tipo de elogios salen de forma automática, no profundizan mucho en las verdaderas cualidades de la persona, y los verdaderamente inteligentes se dan cuenta de inmediato que el "elogio" no es sincero.
Todo esto es "echarle mucha crema a tus tacos".
El elogio, en cambio, motiva. Mueve profundamente nuestros sentimientos. El elogio es un reconocimiento específico a una acción específica y no requiere grandes malabares. Por lo regular las palabras "felicidades por...", "¡excelente trabajo!", "¡Me siento muy orgullosa de ti, lograste...!", y se menciona de forma clara la causa del elogio, "¡Excelente exposición Fulanito!", "¡Perenganito! mira, has mejorado mucho tu letra, ¡Felicidades!". Para los elogios, una sonrisa y expresión afables son más que suficientes. Para elogiar a los más pequeños, incluso un abrazo marcará la diferencia.
Todo esto es ponerle la cantidad adecuada de crema a tus tacos.
Elogiando un logro específico, en lugar de hacer una alabanza generalizada, hace que el elogio se vuelva mucho más significativo para la persona que lo recibe.
¡Que disfruten sus tacos!
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