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Foto del escritorTrisya Meza

Cuando tienes alumnos "rebeldes" en tu aula.

¿Porqué son "rebeldes"? ¿Qué caracteriza la conducta "rebelde"? ¿Qué buscan siendo "rebeldes"?


Desde infantes altaneros hasta adolescentes dispuestos a saltar sobre uno. Así es el alumnado de la actualidad. ¿Los responsables de estos improperios? Indudablemente el ambiente familiar. Todos coincidimos en ello. Todas las explicaciones psicológicas nos respaldan: los hijos son el reflejo de la educación que reciben en casa... o de la educación que NO reciben.


Si tenemos en cuenta esto, está por demás obligar a los padres de familia a que cumplan con su función de educar a los hijos. Incluso debemos de plantearnos situaciones tales como su estos alumnos "rebeldes" de nuestra aula son de verdad hijos amados, nacidos del amor de pareja, de padres comprometidos con el hijo engendrado, o si son producto de eventos no planeados y que a sus progenitores no les quedó de otra más que tener a este hijo. Son situaciones de nivel tan inimaginable, que incluso podría afirmar, ni siquiera tenemos la más remota idea de los dramas que viven estos niños y adolescentes.


Un alumno no es rebelde solo porque sí, porque se le antoje serlo y así de la nada se volvió un criminal en potencia. Siempre hay un trasfondo. Si investigáramos un poquito sobre la vida de nuestros alumnos más rebeldes, encontraríamos el porque de su rebeldía. Debo aclarar, cómo ya lo he explicado en otros blogs y en las Transmisiones en Vivo de la página, que los niños y adolescentes no cuentan con la Inteligencia Emocional para poder identificar los eventos de sus vidas que les están generando estrés o tristeza, y no saben como canalizarla. Si a uno de adulto se le dificulta poner en orden las emociones, imagínense a un niño o adolescente. De ahí nace la "rebeldía". El portarse "mal". El llamar la atención que nadie le da, de la forma que sea, no importa. La cosa es que alguien se interese en mi, me mire a los ojos, pronuncie mi nombre, se siente a hablar conmigo, note mi existencia.


Los docentes, a diferencia de muchos padres de familia, escogieron su ocupación en la vida y se prepararon para ello. Estudiaron las teorías psicológicas para entender el funcionamiento del cerebro infantil y así saber identificar conductas y cómo atenderlas. Los padres de familia, no. Ningún padre o madre toma cursos de como serlo. Es más, muchos terminan siendo padres o madres a la fuerza. Si miramos objetivamente, quién está más preparado para educar, es un docente. Hoy por hoy, el docente domina las técnicas del trato con seres humanos mejor que ningún otro profesional. Desafortunadamente los vicios de generaciones pasadas, de buscar corregir por medio de castigos, aún sigue muy presente.


Cómo obtener la cooperación de mis alumnos


  1. Hacerlos sentir importantes: Los alumnos "rebeldes" lo que buscan es aquello de lo que carecen. Atención. Y a través de los años de escuela, han aprendido que pueden obtener toda la atención que quieren portándose "mal". Saben que toda una escuela puede volcarse en hablar y voltear a ver al niño "rebelde". Eso es todo. No tiene más que buscar todo tipo de problemas para tener a todos los directivos atentos. Por lo regular, el desempeño académico de estos alumnos es bajo, puesto que debido a la falta de apoyo e incentivos en casa, y de que igual en la escuela no recibe los apoyos necesarios, el alumno no busca el estudio como forma de ser importante. Se le ha mandado claro el mensaje de que eso no es importante. Así que cámbiale el chip. Ofrécele a ese alumno "rebelde" otro tipo de actividades para que demuestre sus otras habilidades y ocupa el tiempo necesario para elogiarlo por sus logros. ¿el alumno quiere sentirse importante? ¡Pues entonces hay que darle la oportunidad de que se luzca!

  2. Trata de ver las cosas como ellos las ven: Seguro que ya has tratado un millón de cosas para hacer que estos alumnos se ajusten a la disciplina. Pero seamos honestos. Eso es lo que ellos menos les importa. Ahorita dicen que si, pero al día siguiente ya se les olvidaron los acuerdos. Eso es porque no son ideas a las que el alumno haya contribuido. Todo ha sido impuesto. Trata de pensar como el alumno ¿qué cosas le gustan? ¿De que manera se motiva? ¿Música? ¿Comida? Dale oportunidad de que sea el alumno quien aporte las ideas, y también pídele que te diga que espera él o ella de ti. Rara vez les damos oportunidad de que expresen lo que esperan de nosotros como maestros. Esto, de entrada, da el mensaje de desigualdad, en donde se implica que la opinión de los alumnos no son importantes y que deben someterse por completo a la autoridad, sin oportunidad de expresarse. Si te ha pasado esto en algún centro de trabajo, sólo recuerda como te sentiste. Bueno, pues así se sienten tus alumnos.

  3. Elogiar más, criticar menos: la crítica continua, las llamadas de atención con poco tacto, son detonantes para la rebeldía. Imagínate que en tu trabajo, tanto el director como los compañeros de trabajo están sobre ti señalando tus errores de forma constante y nunca reconocen tus esfuerzos. Frustrante ¿verdad? Trata de criticar y quejarte menos de tus alumnos rebeldes, y llénalos de oportunidades para recibir elogios. Verás la diferencia en poco tiempo.


No te pierdas nuestra Transmisión en Vivo donde hablaremos de este tema y contestaremos tus dudas. ¡Nos vemos el Viernes a las 8pm!




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